Proyectos de cooperación

Casi la mitad de los menores se ven obligados a contribuir al sustento familiar desde edades tempranas. Con una situación familiar de pobreza, desnutrición y analfabetismo, estos niños y niñas están abocados a una vida, que como la de sus padres, tiene por único objetivo la subsistencia. Para frenar esta espiral de pobreza que se viene transmitiendo de generación en generación, se considera que la educación y la formación laboral son el eje estratégico fundamental. Esta realidad, además, empeora cuando hablamos de niñas. Ser mujer, menor y vivir en un barrio pobre, demasiado a menudo implica sufrir desigualdades, discriminaciones, abusos y ser víctima de redes de explotación. Si las niñas/jóvenes no consiguen ganarse la vida y aportar económicamente a la unidad familiar de origen, suelen ser repudiadas, vendidas o promover un pacto matrimonial muy poco ventajoso para la mujer. La Fundación Dharma, atienden sus necesidades de alimentación, al menos, dos veces al día. Se desplazan a los núcleos de población en dónde viven las familias para proporcionarles alimentos y cuidados básicos. Igualmente continúan la labor de acogida y formación de chicas jóvenes en sus talleres textiles, dado que, en este caso, al ser un número más reducido, pueden distribuirse por aulas respetando las distancias.