Descripción resumida
Si bien la Coordinadora de ONGD de Euskadi nace oficialmente en 1988, en Gipuzkoa, inicia su actividad en 1990 pero es en el año 2000 cuando la denominada Secretaría Técnica se pone en marcha gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Donostia. Esta colaboración poco a poco va afianzándose y desde el año 2003, existe un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Donostia y la Delegación de Gipuzkoa de la Coordinadora de ONGD de Euskadi. Asimismo en 2006 se firma el primer convenio de colaboración con
la Diputación Foral de Gipuzkoa. Ambos convenios (así como con el resto de las 7 principales instituciones vascas) continúan en vigor en la actualidad.
En este ejercicio de 2021, la Coordinadora de ONGD de Euskadi representa un año más a un colectivo de 79 organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONGD) vascas, cerca de 50 con delegación en territorio
Gipuzkoano, que trabajamos en cooperación internacional y en educación para la transformación social. Desde que en el año 1988, 11 organizaciones registraran por primera vez la entidad, promovemos una cooperación
para el desarrollo de calidad en las instituciones públicas y privadas, así como en las ONGD miembro. También acompañamos los procesos de las organizaciones socias y fortalecemos sus capacidades políticas y técnicas,
todo ello con el objetivo de contribuir a la transformación social. Para ello, fomentamos en la ciudadanía una cultura de solidaridad, que cuestione el modelo vigente que genera pobreza y desigualdades, y facilitamos la
participación y el debate crítico sobre las causas. Consideramos importante promover la democracia participativa, la independencia, la transparencia, la coherencia, todo ello subrayando el valor de hacerlo con equidad de género, pilar y distintivo de la cooperación vasca.
La Coordinadora tiene como máxima la defensa de la cooperación al desarrollo y para ello posibilita espacios de encuentro, debate y reflexión para la creación de criterios comunes entre las organizaciones miembro,
ejerciendo incidencia política y social, tejiendo alianzas con otros movimientos sociales y buscando tener una presencia pública significativa. Todo ello, fortaleciendo a las organizaciones en su trabajo y sus capacidades,
facilitando las alianzas entre ellas y poniendo al servicio del colectivo los recursos de las mismas y viceversa.
Partiendo de la premisa de la justicia social, abordamos nuestra acción desde el paradigma del el desarrollo humano sostenible, poniendo la vida de las personas y su dignidad en el centro. Entendemos la cooperación
al desarrollo como el trabajo conjunto que realizamos con los pueblos empobrecidos para eliminar los obstáculos que su desarrollo para lo que entendemos que se trata de un proceso basado en la solidaridad, la
reciprocidad, el desinterés y la gratuidad, mucho más allá de una mera transferencia económica. Esta premisa que nos ha acompañado siempre, cobra especial relevancia cuando estamos inmersas en un contexto donde
el análisis y las teorías de incorporar a nuevos agentes suenan con bastante fuerza. Parece obvio que los problemas y retos de desarrollo, no los podemos enfrentar en Parece obvio que los problemas y retos de desarrollo, no los podemos enfrentar en solitario, y que la confluencia y la suma de sinergias aportan un valor añadido, pero sin perder el principio de reciprocidad, gratuidad y desinterés que nos ha acompañado siempre.
Ese ha sido el distintivo de las organizaciones miembro, que buscan en la Coordinadora un espacio de trabajo conjunto, reglado en el marco de un Código de Conducta común que recoge los principios y valores que deben
regir el trabajo de las ONGD miembro y de nuestra propia organización y un Reglamento de Régimen Interno que fue modificado tras meses de trabajo y aprobado en la Asamblea General del 4 de octubre de 2019.
Seguimos inmersas en un contexto de de crisis sanitaria que se inició hace ya un año y esto hace que la acción colectiva, ayude a las organizaciones a sentirse acompañadas y se sientan fortalecidas siendo parte de la Coordinadora.