Descripción resumida
El actual proyecto se lleva a cabo en dos de las zonas rurales más pobres de Ruanda : Mugina y Kivumu. En estas zonas trabajamos con nuestro socio local, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, desde hace más de 30 años. En el año 2013, iniciamos una nueva estrategia de trabajo en Ruanda con una identificación de proyectos en la que participaron tanto los beneficiarios como los distintos agentes sociales locales presentes en el territorio. Desde entonces, la participación local ha continuado a lo largo del ciclo de gestión del proyecto, incluidas las evaluaciones sobre el terreno de 2015 y 2017.
Mugina y Kivumu son dos áreas rurales muy pobres. Un hecho muy significativo es que casi la mitad de los niños menores de 5 años sufren de desnutrición. El perfil de estas familias se caracteriza por un alto número de niños, que sobreviven con economías de subsistencia. La familia generalmente comparte la casa de adobe con los animales (los que los tienen) por temor a ser robados1. Aquellos que tienen luz, apenas tienen una bombilla.
A pesar de una economía muy precaria, no optimizan los recursos disponibles, es decir, no cultivan las pocas tierras que poseen y no existe una cultura "comercial" con los animales. Por lo tanto, en muchos casos, los casos de desnutrición no se deben a la falta de recursos, sino a la optimización de los mismos. Es sorprendente que la mayoría de las familias no hayan comido vegetales por ignorancia, como pudimos comprobar en la identificación de proyectos. Nos decían que pensaban que era algo de ricos.. La misma ignorancia hace que estas familias no ahorren ni miren por sí mismas.
En lo que respecta a la educación, no pueden llevar a todos los niños a la escuela y la necesidad de que uno de los niños ayude en el hogar, generalmente las niñas. Muchas veces, son ellas, las más pequeñas, las responsables de ir a recoger agua.
En este contexto se puede entender la necesidad de este proyecto. Y es que este proyecto es un paso más en la estrategia que comenzamos hace 7 años. En los últimos años hemos trabajado con los beneficiarios para luchar contra la malnutrición y para lograr un cambio de mentalidad y desarrollo a nivel local. Los beneficiarios han aprendido y trabajado para el desarrollo de sus familias. Como parte de este cambio de mentalidad a nivel local, los beneficiarios han empezado a agruparse en asociaciones, creando cajas de ahorro donde pueden solicitar créditos para iniciar sus pequeños proyectos. Para alcanzar este objetivo, desde 2018 se han iniciado actividades de generación de ingresos que se han reforzado en 2019, con una nueva estrategia de trabajo conjunto entre los beneficiarios.
Nuestro objetivo sostenible con este nuevo proyecto es poder fortalecer estas asociaciones para que sean totalmente autónomas e independientes. Con este objetivo en mente, planeamos fortalecer varias iniciativas de generación de ingresos y proyectos de grupo ya iniciados para la autosuficiencia local.
En este nuevo proyecto, pretendemos poner más esfuerzo en la comercialización de los objetos hechos por los propios beneficiarios, de manera que cada beneficiario sea remunerado según el trabajo realizado. Los proyectos anteriores se han centrado en el desarrollo profesional de los beneficiarios, que son en su mayoría mujeres. De esta manera, pudieron comercializar los productos que fabricaban. En este proyecto es muy importante que, en la búsqueda de la autosuficiencia e independencia de la asociación, sigamos apoyándolos en actividades generadoras de ingresos. Así pues, una de las actividades será reforzar la comercialización mediante una formación destinada a dar a conocer las actividades realizadas por los beneficiarios.
Este proyecto se presenta en un contexto especial por la Covid-19, en el que no sólo los beneficiarios de nuestros proyectos en Ruanda han sido víctimas. Ante esta situación, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en Ruanda fueron de nuevo la esperanza de los pobres que siempre llamaban a sus puertas para buscar las necesidades básicas. Y es que las Hermanas de Santa Ana están presentes en RuandaEl actual proyecto se lleva a cabo en dos de las zonas rurales más pobres de Ruanda : Mugina y Kivumu. En estas zonas trabajamos con nuestro socio local, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, desde hace más de 30 años. En el año 2013, iniciamos una nueva estrategia de trabajo en Ruanda con una identificación de proyectos en la que participaron tanto los beneficiarios como los distintos agentes sociales locales presentes en el territorio. Desde entonces, la participación local ha continuado a lo largo del ciclo de gestión del proyecto, incluidas las evaluaciones sobre el terreno de 2015 y 2017.
Mugina y Kivumu son dos áreas rurales muy pobres. Un hecho muy significativo es que casi la mitad de los niños menores de 5 años sufren de desnutrición. El perfil de estas familias se caracteriza por un alto número de niños, que sobreviven con economías de subsistencia. La familia generalmente comparte la casa de adobe con los animales (los que los tienen) por temor a ser robados1. Aquellos que tienen luz, apenas tienen una bombilla.
A pesar de una economía muy precaria, no optimizan los recursos disponibles, es decir, no cultivan las pocas tierras que poseen y no existe una cultura "comercial" con los animales. Por lo tanto, en muchos casos, los casos de desnutrición no se deben a la falta de recursos, sino a la optimización de los mismos. Es sorprendente que la mayoría de las familias no hayan comido vegetales por ignorancia, como pudimos comprobar en la identificación de proyectos. Nos decían que pensaban que era algo de ricos.. La misma ignorancia hace que estas familias no ahorren ni miren por sí mismas.
En lo que respecta a la educación, no pueden llevar a todos los niños a la escuela y la necesidad de que uno de los niños ayude en el hogar, generalmente las niñas. Muchas veces, son ellas, las más pequeñas, las responsables de ir a recoger agua.
En este contexto se puede entender la necesidad de este proyecto. Y es que este proyecto es un paso más en la estrategia que comenzamos hace 7 años. En los últimos años hemos trabajado con los beneficiarios para luchar contra la malnutrición y para lograr un cambio de mentalidad y desarrollo a nivel local. Los beneficiarios han aprendido y trabajado para el desarrollo de sus familias. Como parte de este cambio de mentalidad a nivel local, los beneficiarios han empezado a agruparse en asociaciones, creando cajas de ahorro donde pueden solicitar créditos para iniciar sus pequeños proyectos. Para alcanzar este objetivo, desde 2018 se han iniciado actividades de generación de ingresos que se han reforzado en 2019, con una nueva estrategia de trabajo conjunto entre los beneficiarios.
Nuestro objetivo sostenible con este nuevo proyecto es poder fortalecer estas asociaciones para que sean totalmente autónomas e independientes. Con este objetivo en mente, planeamos fortalecer varias iniciativas de generación de ingresos y proyectos de grupo ya iniciados para la autosuficiencia local.
En este nuevo proyecto, pretendemos poner más esfuerzo en la comercialización de los objetos hechos por los propios beneficiarios, de manera que cada beneficiario sea remunerado según el trabajo realizado. Los proyectos anteriores se han centrado en el desarrollo profesional de los beneficiarios, que son en su mayoría mujeres. De esta manera, pudieron comercializar los productos que fabricaban. En este proyecto es muy importante que, en la búsqueda de la autosuficiencia e independencia de la asociación, sigamos apoyándolos en actividades generadoras de ingresos. Así pues, una de las actividades será reforzar la comercialización mediante una formación destinada a dar a conocer las actividades realizadas por los beneficiarios.
Este proyecto se presenta en un contexto especial por la Covid-19, en el que no sólo los beneficiarios de nuestros proyectos en Ruanda han sido víctimas. Ante esta situación, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en Ruanda fueron de nuevo la esperanza de los pobres que siempre llamaban a sus puertas para buscar las necesidades básicas. Y es que las Hermanas de Santa Ana están presentes en Ruanda desde el año 1984 trabajando en distintos ámbitos (sanitario, educativo, nutricional y de desarrollo local). En la actualidad están presentes en las localidades rurales de Mugina y Kivumu, y en la capital, Kigali. desde el año 1984 trabajando en distintos ámbitos (sanitario, educativo, nutricional y de desarrollo local). En la actualidad están presentes en las localidades rurales de Mugina y Kivumu, y en la capital, Kigali.