Proyectos de cooperación

La situación de salud que presenta el área rural del Beni puede considerarse como una de las de mayor gravedad del país y desfavorable por sus condiciones de pobreza y por su condición geográfica dentro de la selva a varias horas, o incluso días, de acceso a servicios de atención básica, quedando vulnerado su derecho a la salud. A las condiciones de pobreza y falta de acceso a servicios, hay que añadirle la especial situación de abandono que viven estas comunidades completamente olvidadas por las instituciones públicas. El proyecto desarrolla un sistema de salud auto sostenible en las zonas más vulnerables de la selva amazónica boliviana y donde aparece un nuevo componente que complica todavía más la situación: el Covid-19. A partir del trabajo en terreno de las brigadas sanitarias en el interior de la selva, se van a atender las necesidades de salud de todos los comunitarios, además de llevar a cabo actividades de prevención y educación para la salud entorno al Covid-19. Debido a la situación de pandemia actual, las brigadas van a adaptarse al contexto adoptando medidas de vigilancia, control y concienciación entorno al Covid-19, informando a las comunidades sobre qué es, vías de transmisión y mecanismos de prevención. Entre las líneas de actuación asistencial a realizar, será la atención de las urgencias de salud y el seguimiento de los pacientes crónicos, con mayor vulnerabilidad y riesgo al Covid-19; además de hacer control a las mujeres embarazadas. Durante las brigadas se van a realizar pruebas diagnósticas a aquellos pacientes que presenten un cuadro clínico sospechoso por coronavirus y en caso de confirmación se activaría el Protocolo de evacuación. Esta intervención contempla medidas de acción positiva hacia los sectores de la población más vulnerable y tiene como objetivo principal apoyar a las víctimas de violencia a partir de la rehabilitación y construcción de una nueva vida fuera de la dependencia del maltratador. Se va a trabajar con la participación directa de las beneficiarias para empoderarlas en su proceso de autocuidado, a partir de cursos formativos que refuercen sus capacidades de desarrollo humano, convirtiéndolas así en protagonistas relevantes de las actividades. Se centra en el refuerzo de las capacidades de las beneficiarias para responder mejor a los desafíos particulares de la situación de violencia y abuso. Este proyecto va a contar con la colaboración de las promotoras de salud comunitaria, agentes comunitarias formadas en género, que van a ser las referentes para las mujeres víctimas de violencia y a quienes van a contactar para poder demandar ayuda.