Descripción resumida
Níger el segundo país más pobre del mundo (PNUD/IDH 2016: 0,353). Más de un millón de personas sufre al año inseguridad alimentaria y nutricional como consecuencia de una combinación de factores biofísicos y agroclimáticos, que afectan enormemente a los cultivos y al ganado, y también de factores económicos y sociales y políticos (conflictos). Así, la acumulación de estos elementos ha conducido a un deterioro progresivo de los medios de existencia de muchos hogares, y a un continuo aumento de su vulnerabilidad frente a la inseguridad alimentaria, y por tanto, de su capacidad de resiliencia. En 2017, según datos dela Oficina de Coordinación de Emergencias de la ONU (OCHA), más de 1,3 millones de personas necesitarán de asistencia alimentaria y agrícola, de las cuales 650.000 requerirán de un ayuda de emergencia a través de los canales humanitarios presentes en el país.
La incidencia de la pobreza es mayor en las zonas rurales (65,7%) que en las zonas urbanas y afecta particularmente a las mujeres. La discriminación sufrida por éstas se manifiesta en términos de ingresos, en la sobrecarga de trabajo, en su situación legal, en el acceso a la educación y la salud, acceso a recursos, múltiples formas de violencia física y psíquica contra ellas, etc.
El proyecto que presentamos se va a desarrollar en la región de Tillabéri, al suroeste de Níger. En concreto, se ejecutará en dos localidades de la Comuna de Say, llamadas Sabara Bangou y Goulbal.
La iniciativa parte de una identificación previa de necesidades analizando las relaciones de género y priorizando a las mujeres para contrarrestar su vulnerabilidad. Además, enfocando a las mujeres como agentes activos del desarrollo, se puso el foco en identificar acciones encaminadas a mejorar el acceso y control de los recursos productivos a las mujeres de la zona. Se concluyó que los principales problemas a los que se enfrenta las poblaciónes de estas dos comunidades son: la situación de mayor vulnerabilidad que sufren diariamente las mujeres (la división sexual del trabajo conlleva que éstas sean discriminadas en el acceso y control de los recursos productivos y que, por lo general, desarrollen actividades generadoras de rendimiento esporádicas y poco lucrativas) y la inseguridad alimentaria relacionada en parte con el proceso de desertificación que sufre la región que sufren de manera recurrente el 78% de los hogares de la zona (los considerados como ?muy pobres? y ?pobres? según los criterios de vulnerabilidad (HEA) de la organización socia DIKO.
En base a lo expuesto, se plantea una intervención con nuestra organización socia local DIKO cuyo objetivo es contribuir al empoderamiento económico y social de las mujeres, aumentando su resiliencia frente al cambio climático, a través de 2 ejes:
(1) Fortaleciendo la autonomía económica y social de las mujeres, poniendo en marcha, por un lado, actividades generadoras de ingresos destinadas a facilitar a las mujeres el acceso y el control a los recursos y fomentar así su emancipación económica, y también aumentar los ingresos familiares para afrontar mejor los periodos de escasez de alimentos, esto incluye el cultivo de plantas adaptadas a las condiciones climaticas de la región, y sobre todo la transformación y comercialización de productos derivados de dichos cultivos, fortaleciendo así las capacidades de las Agrupaciones Locales de Mujeres además se debe resaltar que uno de los productos que se propone transformar (la pasta de maní) tiene un altísimo poder nutritivo y es además parte de la dieta tradicional de Níger; y por otro lado fomentando la emancipación social de estas mujeres, a través de capacitación técnica en temas de gestión y asociativos, así como una alfabetización funcional que les permita desarrollar de forma óptima y duradera las actividades generadoras de recursos, además de aumentar su presencia en las estructuras de decisión y poder de la comunidad.
(2) Por otro lado, fortaleciendo la capacidad de resiliencia de las mujeres frente al cambio climático, fomentando prácticas sostenibles que tienen un impacto directo en la calidad de vida de las mismas, como la construcción, y gestión de biodgestores domésticos, que por un lado reducirán el tiempo requerido por las mujeres para recoger leña y cocinar, y por otro lado tendrán un impacto directo en el medio ambiente de las comunidades, este eje se fortalecerá además con una campaña comunitaria en la cual se trabajará la relación entre Medio Ambiente y desigualdades de género.