Descripción resumida
Con una población estimada de más de 17 millones de personas, Níger está fragmentado en dos territorios: uno a orillas del río Níger (donde se concentra el 90% de la población y se ubica la capital, Niamey, además de esta propuesta) y otro dominado por el desierto del Sáhara (y que ocupa la mayoría del país). Existe una alternancia muy marcada entre periodos húmedos y secos, como ocurre en todo el Sahel, y es la que determina el ritmo de los sistemas agrosilvopastorales y también de las épocas de escasez alimenticia. Así, las condiciones climáticas distinguen dos estaciones : una larga estación seca (de octubre a junio) y otra corta de lluvias (de julio a septiembre).
Níger el segundo país más pobre del mundo (PNUD/IDH 2016: 0,353). Más de un millón de personas sufre al año inseguridad alimentaria y nutricional como consecuencia de una combinación de factores biofísicos y agroclimáticos, que afectan enormemente a los cultivos y al ganado, y también de factores económicos y sociales y políticos (conflictos). Así, la acumulación de estos elementos ha conducido a un deterioro progresivo de los medios de existencia de muchos hogares, y a un continuo aumento de su vulnerabilidad frente a la inseguridad alimentaria, y por tanto, de su capacidad de resiliencia. En 2017, según datos de OCHA, más de 1,3 millones de personas necesitarán de un asistencia alimentaria y agrícola, de las cuales 650.000 requerirán de un ayuda de emergencia a través de los canales humanitarios presentes en el país.
La incidencia de la pobreza es mayor en las zonas rurales (65,7%) que en las zonas urbanas y afecta particularmente a las mujeres. La discriminación sufrida por éstas se manifiesta en términos de ingresos, en la sobrecarga de trabajo, en su situación legal, en el acceso a la educación y la salud, acceso a recursos, múltiples formas de violencia física y psíquica contra ellas, etc.
El proyecto que presentamos se va a desarrollar en la región de Tillabéri, al suroeste de Níger. En concreto, se va a ejecutar en la comuna de Say, en una localidad llamada Tokèye, a 10 Km de Doguel Kaina que es donde se está llevando a cabo el proyecto del 2016.
Se planteó una identificación de necesidades derivada de las relaciones de género y priorizando a las mujeres para contrarrestar su vulnerabilidad. Además, partiendo de una consideración de las mujeres como agentes activos del desarrollo, se puso el foco en identificar acciones encaminadas a mejorar el acceso a los recursos productivos de las mujeres. Se concluyó que los principales problemas a los que se enfrenta la población de Tokèye son: la situación de mayor vulnerabilidad que sufren diariamente las mujeres (la división sexual del trabajo conlleva que éstas sean discriminadas en el acceso y control de los recursos productivos y que, por lo general, desarrollen actividades generadoras de rendimiento esporádicas y poco lucrativas) y la inseguridad alimentaria que sufren de manera recurrente el 78% de los hogares de Tokèye (los considerados como ?muy pobres? y ?pobres? según los criterios de vulnerabilidad HEA).
Así, teniendo en cuenta el contexto y las necesidades identificadas, en colaboración con nuestro socio local DIKO, se ha planteado una intervención que persigue contribuir al empoderamiento de las mujeres de Tokèye a través de 2 ejes:
(*) se pondrán en marcha actividades generadoras de ingresos destinadas a facilitar a las mujeres el acceso y el control a los recursos y fomentar así su emancipación económica, así como aumentar los ingresos familiares para afrontar mejor los periodos de escasez de alimentos. Dichas actividades serán la cría y engorde de ganado ovino y la horticultura y la puesta en funcionamiento de una plataforma multifuncional que, entre otras cosas, incluirá un molino de cereal y generará energía para bombear agua (por su elvado coste, esta plataforma se solicitará al Gobierno de Navarra).
(*) se trabajará para fomentar también la emancipación social de estas mujeres, a través de capacitación técnica y de alfabetización funcional que les permita desarrollar de forma óptima y duradera las actividades generadoras de recursos, además de aumentar su presencia en las estructuras de decisión y poder de la comunidad.