Descripción resumida
Con la idea de trabajar en los IES o centros de enseñanza públicos de la ciudad sobre intervenciones más procesuales, dotadas de una implicación práctica y de una transformación más real, en el pasado curso se puso a disposición de 8 centros de enseñanza la figura de un dinamizador/a de educación en valores solidarios como un recurso humano capaz de articular, dinamizar y promover iniciativas que conduzcan a una ciudadanía más solidaria e implicada.
Esta experiencia piloto, realizada entre septiembre de 2015 hasta julio de 2016, de Dinamización en Educación para el Desarrollo en IES pretendía:
Propiciar iniciativas para la práctica transformadora y la educación en valores en los centros de enseñanza públicos de Córdoba.
Complementar y apoyar acciones desarrolladas a través del programa ?La Solidaridad tarea de todas y todos?.
Dotar de un recurso dinamizador a los centros de enseñanza que sea apoyo al equipo docente y al alumnado en la promoción de pautas solidarias.
Posibilitar una conexión de la comunidad educativa con la realidad sociocomunitaria de los barrios donde se ubican los centros, relacionando formación con implicación social.
La evaluación de la experiencia llevada a cabo por las personas dinamizadoras y por el Departamento de Cooperación con las organizaciones participantes, en julio de 2016, permitió valorar la idoneidad de la figura para trabajar procesos de educación en valores en los IES cordobeses y su versatilidad a la hora de conciliar los distintos contenidos y programas que arriban a los centros educativos, dando respuesta coherente a su desarrollo en la lógica de los centros educativos. En la evaluación se obtuvieron las siguientes conclusiones generales.
Los valores genéricos que obtenemos tras la evaluación, nos devuelven que el grado de ejecución ha sido del 61,3% y el grado de satisfacción del 60,4%. Estos datos representan la media de 8 centros educativos con 8 realidades muy diferentes.
Los resultados mencionados anteriormente resultan de la confrontación del trabajo desarrollado con las funciones y objetivos previstos en el programa. Analizando desde lo que ha sido posible en este primer año, el grado de ejecución y satisfacción sería mayor si la planificación hubiera sido menos ambiciosa y más acorde a la realidad de los recursos disponibles.
El proyecto ofrece muchas potencialidades y ha sido bien acogido en la mayoría de los centros educativos, con la salvedad de uno en el que han existido grandes dificultades para implementar el programa. Entendemos que la mayor parte de las funciones previstas para las personas dinamizadoras son pertinentes y oportunas para desarrollar un programa de trabajo en educación en valores.