Descripción resumida
En los distritos de Montepuez y Namuno la población suma casi 380.000 habitantes (2007, INE) con una cobertura de alrededor de 190 fuentes mecánicas, en Montepuez y 128 en Namuno, de las cuales 31 y 24 respectivamente no están operativas. De la densidad de población presentada serían necesarias aproximadamente 1265 fuentes de abastecimiento de agua. Esta realidad muestra que parte de la población consume agua de fuentes alternativas no seguras para el consumo humano. A pesar de los límites de cobertura, el agua proveniente de las fuentes de suministro sí es agua potable y dulce.
Este proyecto apunta a desarrollar acciones para impulsar, consolidar y facilitar la creación de estructuras para la gestión de fuentes de abastecimiento de agua en las escuelas y comunidades que ya las poseen, ello a través de la mejora de los conocimientos sobre la gestión y la rendición de cuentas, funcionamiento, mantenimiento y reparación de bombas de mano. En este proceso será muy importante crear una conexión entre las estructuras comunitarias de las fuentes de agua con los jefes de las comunidades para evitar la mala gestión. Las estructuras comunitarias pueden estar formados por grupos tradicionales de régulos (líderes tradicionales) o por miembros de los Consejos comunitarios para el Desarrollo reconocidos.
OLIPA- ODES trabajará para proporcionar una adecuada gestión a 40 fuentes de agua existentes en los dos distritos, de éstas, aproximadamente el 50% están trabajando con grandes dificultades debido a la falta de mantenimiento. Entre estas fuentes, en Montepuez, existen más de 30 fuentes de agua que fueron construidas con fondos de UNICEF para beneficiar a las escuelas, estando más de la mitad defectuosas. Debido a la falta de fuentes de agua potable en las comunidades, las poblaciones las comparten con las escuelas, asi pues dentro del proyecto, también se crearán y pondrán en funcionamiento efectivo al menos 15 comités de agua compuestos por población de las comunidades, estudiantes y profesores de las escuelas y los otros 25 comités de agua estarán constituidos básicamente por miembros elegidos por la Comunidad.
En una primera etapa, se hará la reestructuración de 40 comités de agua adaptándolos a la estructura funcional recomendada por el Manual de implementación de agua rural y la política de agua en Mozambique. La capacitación inicial de los comités de agua va a centrarse en aquellas fuentes que no tienen ningún modelo de gestión y, a continuación se procederá a la reestructuración y la formación de los comités de agua que funcionan con dificultades.
Actualmente no existe un servicio adecuado y controlado de mecánicos especializados y tampoco hay disponibilidad de los equipos y materiales necesarios para ello en el mercado, de forma regular. Por ello se harán esfuerzos para crear una red eficiente de reparación de las fuentes, primero asistiendo a los comités y generando acuerdos con mecánicos locales de operación y mantenimiento (O&M). Se capacitará a algunos miembros de los comités de agua y saneamiento, conjuntamente con los mecánicos para detectar y resolver problemas relacionados con los defectos en las bombas creando un vínculo entre los dirigentes y los prestadores de servicios, para asegurarse que dispongan de información preliminar sobre el costo y la localización de las piezas de recambio, así como sobre la prestación de servicios, y se sensibilizará a los agentes económicos locales y distribuidores de piezas para incluir en su gama de productos los repuestos, filtros de agua y otros equipos afines para la comercialización. De esta forma, los servicios podrán obtenerse en las cercanías de la comunidad gracias a la participación activa y compromiso formal de todos los implicados. Resaltar que aunque en las comunidades ya hay un conocimiento sobre la necesidad del pago por el uso de fuentes, el proyecto establecerá un adecuado procedimiento y concienciará sobre las ventajas que ello conlleva, para hacerlo sostenible.
La ONGD OLIPA-ODES desarrolla desde el año 2000 intervenciones para el desarrollo de las comunidades rurales, con énfasis en las áreas de agua, higiene y saneamiento; promoción del asociativismo de productores integrados por cadenas de valor y la promoción de la participación comunitaria en los procesos de buen gobierno, la transparencia y los procesos de toma de decisiones de los grupos más desfavorecidos.